miércoles, 21 de agosto de 2024

TRANSPARENCIA Y CONTROL ELECTORAL: UTILIZACIÓN DE DATOS ESTRUCTURADOS Y HERRAMIENTAS ESTADÍSTICAS

                                                                                                por Victor Oxley

La transmisión de resultados electorales preliminares (TREP) se realiza sobre la marcha del conteo fundado en la lectura de las actas de votación dadas en las mesas, trasmitidas estas a una central en donde se cargan los datos, que luego se dan a publicidad.

Dado este procedimiento, no vemos dificultad alguna que la carga de datos también se realice en una base de datos estándar sobre la marcha y acompañando al proceso del TREP.

Así como los datos del TREP se comunican, muy bien puede ponerse a disposición la base de datos a medida que esta se va construyendo con los datos que se van cargando en ella.

Los registros electorales pueden organizarse en bases de datos y utilizarse de manera efectiva si se estructuran en formatos estándar para programas estadísticos. Al convertir los registros en formatos como CSV, Excel o archivos SPSS, se facilita su análisis mediante herramientas estadísticas. Esto permite realizar evaluaciones precisas, detectar anomalías y asegurar la integridad de los resultados electorales, mejorando así la transparencia y la confianza en el proceso electoral.

Una base de datos con todos los registros de una elección nacional puede ser analizada mediante técnicas de minería de datos para localizar anomalías en sus estructuras. Estas técnicas permiten identificar patrones inusuales que podrían sugerir irregularidades o fraudes.

Los métodos comunes utilizados son por ejemplo la detección de outliers, es decir la identificación de valores atípicos o desviaciones en los datos que no siguen la tendencia general. Esto podría incluir un número anormalmente alto o bajo de votos en ciertas regiones. El análisis de consistencia, que es la comparación de los resultados de la votación entre diferentes niveles (por ejemplo, entre centros de votación y distritos) para detectar inconsistencias que podrían indicar manipulación. Se podrían hacer uso de algoritmos como redes neuronales o árboles de decisión para clasificar los resultados de la votación y predecir comportamientos esperados. Las desviaciones significativas de estas predicciones podrían indicar problemas. Los análisis de clústeres para identificar regiones con comportamientos de votación similares. Las áreas que no encajan bien en estos clusters podrían ser sospechosas. La evaluación de los datos a lo largo del tiempo, como la secuencia de la recepción de votos, para identificar patrones que no deberían ocurrir de forma natural.

El cálculo de probabilidades también aporta una gran claridad al analizar tendencias o patrones en los registros de una base de datos de una elección. Al aplicar la teoría de probabilidad, se pueden evaluar si ciertos resultados observados son plausibles dentro de un marco estadístico o si presentan indicios de irregularidades. La probabilidad condicional puede utilizarse para analizar la probabilidad de ciertos eventos dados otros eventos. Por ejemplo, la probabilidad de que un cierto porcentaje de votos sea para un candidato dado el comportamiento histórico de la región o el comportamiento de otras regiones similares. Se pueden establecer hipótesis nulas y utilizar pruebas estadísticas para determinar si las diferencias observadas en los datos son lo suficientemente grandes como para rechazar la hipótesis nula a favor de una hipótesis alternativa (por ejemplo, "hubo manipulación de votos"). Los modelos Bayesianos se pueden aplicar para actualizar las probabilidades de ciertos eventos (como la ocurrencia de fraude) a medida que se obtienen nuevas evidencias. Este enfoque puede ser útil para integrar múltiples fuentes de información. El análisis de regresión permite modelar la relación entre variables y calcular la probabilidad de observar ciertos resultados. Por ejemplo, si la relación entre el tamaño de un centro de votación y los resultados de un candidato no sigue la tendencia esperada, esto puede señalar un problema. El cálculo de probabilidades es una herramienta poderosa para evaluar la plausibilidad de los patrones observados y puede ayudar a identificar irregularidades que podrían no ser evidentes a simple vista.

Estas técnicas ayudan a identificar irregularidades que luego pueden ser investigadas más a fondo para determinar si hubo algún tipo de manipulación o error en la elección.

El análisis estadístico de los registros electorales se ha vuelto una herramienta importante para promover la transparencia y la integridad en los procesos electorales en varios países. A través de técnicas como la aplicación de la Ley de Benford, pruebas de hipótesis, y otros métodos estadísticos, se pueden detectar irregularidades y posibles fraudes, lo que refuerza la confianza pública en los resultados electorales. La incorporación del análisis estadístico en los procesos electorales ha sido fundamental para aumentar la transparencia y legitimidad de las elecciones en muchos países. Además de ser una herramienta de detección de fraudes, este tipo de análisis sirve para fortalecer la confianza pública y asegurar que los resultados reflejen verdaderamente la voluntad del electorado.

Ahora es infranqueable la valla de aquella realidad en la que la efectividad de estas prácticas depende en gran medida de la transparencia del proceso electoral en su totalidad, el acceso a los datos, y la voluntad política de investigar y actuar sobre los hallazgos estadísticos. En este sentido la propuesta de que un acceso directo a base de datos proveídas en simultáneo a la carga del TREP por parte del TSJE aportaría mayor transparencia a unos comicios oficiales.





sábado, 10 de agosto de 2024

LA FALACIA DE LOS BAJOS COSTOS LABORALES Y LA CAPTACIÓN DE INVERSORES EXTRANJEROS

                                                                             por Victor M. Oxley

En un contexto globalizado y altamente competitivo, como lo es el mundo hoy, la decisión de inversión de las empresas extranjeras no se basa únicamente en la reducción de costos laborales, sino en una combinación de factores que incluyen la calidad de los recursos humanos disponibles en el país receptor.

El discurso político local, que promueve la inversión a través de los bajos costos laborales es simplista y no refleja la complejidad de lo que los inversores buscan. Es una verdadera falacia. Si bien es cierto que los costos laborales más bajos son un atractivo considerable, este factor por sí solo no garantiza que nuestro país sea una opción viable para la inversión industrial. Los inversores buscan más que solo una mano de obra barata; también valoran la calidad de la fuerza laboral, especialmente en sectores que requieren habilidades técnicas avanzadas.

La calidad de los recursos humanos es esencial para el éxito de proyectos industriales complejos. Ingenieros y técnicos altamente capacitados no solo aportan habilidades técnicas, sino que también contribuyen a la innovación, la eficiencia operativa y la resolución de problemas. La falta de personal calificado contrarresta los beneficios de los bajos costos laborales, afectando negativamente la productividad y la calidad del trabajo.

Contar con ingenieros y técnicos de primer nivel en nuestro país sediento de inversores, debería de ofrecer varias ventajas significativas. La disponibilidad de talento local elimina la necesidad de trasladar ingenieros y técnicos desde los países de origen para los inversores. Esto no solo reduce los costos de reubicación, sino que también evita los gastos asociados con los salarios más altos de personal expatriado. El costo de empleo de personal calificado sería más bajo en nuestro país, que en los países originarios desarrollados. Este ahorro en costos salariales es significativo y mejora la rentabilidad de las inversiones. El personal paraguayo que de principio ya estaría familiarizado con el entorno y las condiciones del mercado local, facilitaría una transición más rápida y eficiente. Esto aceleraría la puesta en marcha de proyectos y reduciría el tiempo necesario para alcanzar la plena operatividad.

La presencia de trabajadores calificados en nuestro propio entorno contribuye al desarrollo de un ecosistema de habilidades y conocimiento local. Esto no solo beneficia a la empresa inversora, sino que también atraerá más inversiones y fomentará la innovación interna. El contratar personal local evita complicaciones asociadas con visados y permisos de trabajo, simplificando el proceso administrativo para las empresas extranjeras.

El desarrollo económico robusto y sostenido de un país no depende únicamente de factores simples como los costos laborales bajos, hay que ser realistas y no caer en la falacia simplista. Uno de los elementos más críticos, a menudo subestimado, es la calidad de la fuerza laboral técnica y profesional, particularmente en áreas clave como la ingeniería y las técnicas especializadas, como lo subrayamos líneas atrás. Ahora, en este contexto, la educación matemática rigurosa juega un papel fundamental. Sin una base sólida en educación matemática, nuestro país enfrenta grandes desafíos para atraer inversiones industriales significativas que impulsen un verdadero desarrollo económico. Ingenieros y técnicos altamente capacitados son el corazón de las industrias avanzadas y tecnológicas. Estos profesionales no solo manejan los aspectos técnicos de la producción y la innovación, sino que también impulsan la competitividad y la eficiencia en la industria. Para que nuestro país pueda atraer inversiones que generen un desarrollo económico significativo, necesita una fuerza laboral que posea habilidades técnicas avanzadas y una formación rigurosa en matemáticas y ciencias.

La ingeniería moderna, la investigación y el desarrollo, y la producción industrial de alta tecnología dependen en gran medida de la capacidad de resolver problemas complejos y de aplicar conceptos matemáticos avanzados. Sin una educación matemática sólida, los futuros ingenieros y técnicos no estarán equipados para enfrentar los desafíos técnicos y científicos que las industrias avanzadas requieren.

La educación matemática rigurosa forma la base para el desarrollo de habilidades analíticas y de resolución de problemas. Ingenieros y técnicos bien formados en matemáticas tienen una ventaja en la aplicación de principios científicos y tecnológicos, lo cual es esencial para la innovación y la mejora continua en la industria. Un sólido conocimiento matemático permite a los profesionales diseñar, analizar y optimizar procesos y sistemas complejos, que son cruciales para las industrias de alta tecnología y manufactura avanzada. Además, una educación matemática rigurosa fomenta habilidades en análisis de datos, modelado predictivo y optimización, áreas que son cada vez más importantes en un mundo industrializado y digitalizado. Estos conocimientos son esenciales para el desarrollo de tecnologías innovadoras y la gestión eficiente de recursos en las industrias modernas.

La ausencia de ingenieros y técnicos bien formados en educación matemática tiene consecuencias graves para el desarrollo económico de nuestro país. Sin una base sólida en habilidades técnicas avanzadas, el país enfrenta dificultades para atraer inversiones en sectores industriales que requieren alta competencia técnica y científica como ya lo dijimos. Las empresas inversoras, especialmente aquellas en industrias de alta tecnología y manufactura avanzada, buscan países que ofrezcan un entorno con personal altamente calificado para garantizar la viabilidad y el éxito de sus proyectos.

Un país como el nuestro, que carece de una clase nutrida de profesionales competentes en ingeniería y tecnología, formados con una educación matemática rigurosa, está en riesgo de quedar relegado a industrias menos sofisticadas y menos innovadoras. Esto limita el potencial de crecimiento económico y la capacidad de participar en cadenas de valor globales de alto valor añadido.

Para atraer industrias que realmente impulsen un fuerte desarrollo económico, es crucial que debamos invertir en nuestro sistema educativo, particularmente en áreas relacionadas con la ingeniería y las ciencias matemáticas. Establecer programas educativos que proporcionen una formación técnica avanzada y rigurosa, junto con una educación matemática sólida, sentara las bases para una fuerza laboral competitiva y capaz de afrontar los desafíos de las industrias modernas.

Las alianzas entre instituciones educativas y el sector industrial pueden ayudar a alinear los programas de formación con las necesidades del mercado, asegurando que los graduados estén preparados para contribuir efectivamente al desarrollo económico. Además, políticas que promuevan la inversión en educación técnica y científica generaran un ciclo positivo donde la calidad de los recursos humanos atraerá inversiones que a su vez fomentaran un crecimiento económico robusto.

La calidad de los ingenieros y técnicos, formados a través de una educación matemática rigurosa, es un factor decisivo para atraer inversiones industriales que impulsen un verdadero desarrollo económico en nuestro país. La ausencia de una base sólida en estas áreas nos limita la capacidad para competir en la economía global y atraer inversiones que generen crecimiento y prosperidad. Por lo tanto, invertir en una educación técnica y matemática de alta calidad es esencial para construir un futuro económico fuerte y sostenible.

Una buena formación matemática desde la escuela básica es esencial para allanar el camino hacia estudios de ingeniería. Esta base sólida en matemáticas no solo facilita el acceso a carreras técnicas avanzadas, sino que también es fundamental para el desarrollo de profesionales que impulsan la industrialización, el motor principal para el crecimiento del PIB de un país.  Las profesiones de ingeniería y áreas relacionadas representan el insumo principal de la industrialización, que a su vez es clave para un crecimiento económico robusto. La industrialización no solo mejora la capacidad productiva de un país, sino que también contribuye a una mejor distribución de la riqueza. A medida que el país avance en la industrialización, se creará un entorno propicio para la mejora del índice de producto per cápita, elevando así el nivel de vida general y promoviendo una mayor equidad económica.



jueves, 8 de agosto de 2024

INDUSTRIALIZACIÓN: EDUCACIÓN MATEMÁTICA, EMPLEABILIDAD Y DISTRIBUCIÓN DE LA RIQUEZA

                                                                                              por Victor M. Oxley

La distribución del factor contribuyente de cada sector al Producto Interno Bruto (PIB) nacional puede variar significativamente según el nivel de desarrollo económico del país, sus recursos naturales, su estructura económica y sus políticas. 

                            Fuente: Diario Ùltima Hora


En el diario Última Hora podemos leer al economista Fernando Masi, director del Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (Cadep), quien en el artículo “Economía consolidó en 2023 una recuperación con menor inflación”, publicado el 31 de diciembre de 2023,

“indicó que, en términos de crecimiento económico, Paraguay recuperó en 2023 la tendencia que se tenía en el periodo 2010-2018, recordando que en 2019 se tuvo nula expansión del PIB y que luego ya se vino la pandemia. “En esa década hemos tenido un promedio de 4 a 4,5%, y ese número es una tendencia de crecimiento de los últimos 10 a 15 años, pero a diferencia de entre 2003 a 2013 donde crecíamos un poco más, tiene poco impacto o repercusión (aumento del producto) sobre los niveles de pobreza y vulnerabilidad”, comentó. En ese sentido, señaló que, si Paraguay continúa teniendo niveles de expansión en torno a 4%, se va a tener siempre la característica de poco impacto en los bolsillos de la ciudadanía en general. “El crecimiento económico del Paraguay se da sobre una matriz productiva que tiene una característica dual; es decir, por un lado, hay un sector muy competitivo y muy productivo que es el sector primario mecanizado, que son las agroindustrias y algunas otras conexas, algunos sectores de servicios, pero, por otro lado, en donde se concentra la mayor parte del empleo la productividad es escasa, al igual que los ingresos, en las mi pymes, en la agricultura familiar campesina... y hay una concentración de recursos e ingresos en una parte de la matriz que es la que emplea menos”, subrayó. Considerando esta situación, Masi señaló que nuestro país requiere un crecimiento económico del 6% al 7% para lograr un efecto relevante sobre el sector mayoritario de la población local.”

En países en desarrollo o emergentes como lo es el nuestro, el sector primario (como la agricultura, la ganadería, la minería y la pesca) generalmente representa una parte significativa del PIB, especialmente si se tienen abundantes recursos naturales.

En países más desarrollados, la contribución del sector primario tiende a ser menor debido a la diversificación económica. En economías industrializadas y en crecimiento, el sector secundario, que incluye la manufactura y la construcción, tiene una contribución significativa al PIB. Este sector es crucial para la producción de bienes y la creación de empleo, y a menudo es un motor clave para el desarrollo económico. Para una economía equilibrada y sostenible, se recomienda que el sector secundario tenga una contribución robusta al PIB. Invertir en tecnología avanzada, infraestructura y capacitación de la fuerza laboral puede mejorar la competitividad industrial. Las políticas que fomentan la innovación y el desarrollo de industrias de alto valor añadido pueden aumentar la participación del sector secundario en el PIB.

En economías avanzadas y desarrolladas, el sector terciario (servicios) suele representar la mayor parte del PIB. Este sector incluye una amplia gama de actividades, como comercio, finanzas, educación, salud y turismo. El crecimiento en el sector de servicios a menudo está asociado con el aumento de los ingresos y la calidad de vida. Para mantener una economía dinámica y diversa, el sector terciario debe ser fuerte y en crecimiento. La inversión en educación y formación, así como en la infraestructura de servicios, puede apoyar el desarrollo de este sector. La innovación en servicios, como la tecnología financiera (fintech) y la salud digital, puede aumentar la contribución del sector terciario al PIB.

La distribución ideal del factor contribuyente al PIB entre estos tres sectores varía según el contexto económico de cada país. En países en Desarrollo el Sector Primario puede representar una mayor parte del PIB, pero los expertos en la materia recomiendan reducir su dependencia con el tiempo mediante el desarrollo de los sectores secundario y terciario. El Sector Secundario debería recibir inversión para aumentar su participación en el PIB, promoviendo la industrialización y la diversificación económica. El Sector Terciario está en desarrollo, pero se recomienda fomentar su crecimiento para mejorar la calidad de vida y proporcionar servicios esenciales.

En Alemania el sector industrial tiene una fuerte contribución al PIB, apoyado por un sector terciario robusto. La proporción entre estos sectores contribuye a una economía equilibrada y avanzada. En los Estados Unidos de Norte América, el sector terciario es dominante, reflejando una economía centrada en servicios avanzados, tecnología y finanzas, con una contribución menor del sector primario. Para lograr un equilibrio en la contribución al PIB, los países deben invertir en la modernización del sector primario, fomentar el crecimiento del sector secundario y continuar desarrollando el sector terciario. La combinación adecuada dependerá de las características específicas y los objetivos económicos de cada país.

Para lograr un equilibrio social y económico, la absorción de empleos debe ser estratégica y diversificada entre los sectores de la economía. La prioridad y el enfoque para la creación de empleo pueden variar según las características específicas de cada país, pero hay algunos principios generales que se deben de tener en cuenta.

Hay que poner en primer plano de consideración de que el sector industrial tiene el potencial de generar una gran cantidad de empleos en diversas áreas, desde manufactura hasta ingeniería y diseño. Esto proporciona oportunidades laborales para una amplia gama de habilidades y niveles educativos. La industrialización lleva a un crecimiento económico significativo y a la creación de empleo de calidad. Un sector industrial robusto impulsa la demanda de servicios y fomenta el desarrollo de cadenas de suministro locales. Es esencial que exista una sólida infraestructura de formación técnica y profesional para preparar a la fuerza laboral para los empleos industriales. Invertir en sectores industriales avanzados y tecnológicamente sofisticados aumenta la competitividad y la calidad del empleo.

Es de considerar que, aunque el sector primario suele tener una menor absorción de empleo comparado con los sectores industrial y de servicios, es innegable que sigue siendo crucial para la seguridad alimentaria y el suministro de recursos naturales. El sector primario puede desempeñar un papel importante en las áreas rurales y menos desarrolladas, proporcionando empleo y fomentando el desarrollo regional. Pero un fenómeno bien conocido es también que, aunque la modernización y la adopción de tecnologías avanzadas en el sector primario pueden mejorar la productividad y la eficiencia, no necesariamente aumenten significativamente la absorción de empleo.

Invertir en educación y capacitación adaptada a las demandas de los sectores industrial y de servicios puede mejorar la empleabilidad y la calidad del empleo.

En países con saludables economías, la inversión en el sector industrial y la formación técnica ha llevado a una fuerte absorción de empleo y a un desarrollo equilibrado. La combinación de industrialización con una fuerte inversión en educación ha permitido un crecimiento económico sostenido y una diversificación en el empleo. Se tiene el caso de Singapur, en donde la diversificación en el sector de servicios y la inversión en educación técnica han contribuido a una economía robusta y una baja tasa de desempleo.

Para lograr un equilibrio social, es crucial que el país tenga una estrategia que incluya la absorción de empleo en todos los sectores, con énfasis en el sector industrial y de servicios, apoyada por una sólida base de educación y capacitación. Esto puede ayudar a crear una economía equilibrada y sostenible, con oportunidades de empleo accesibles para todos.

Para convencer a los dueños de la producción en el sector primario de que deben industrializar su producción, el Estado y otras partes interesadas pueden implementar diversas estrategias que demuestren claramente los beneficios y faciliten el proceso de modernización. Así por ejemplo ofrecer subsidios o créditos a bajo interés para la compra de maquinaria avanzada y tecnología que facilite la industrialización. Implementar exenciones fiscales o reducciones de impuestos para las empresas que inviertan en la modernización de sus procesos de producción. Crear programas de financiamiento y seguros específicos para la inversión en infraestructura industrial en el sector primario. Presentar estudios de caso y ejemplos de éxito de empresas en el sector primario que hayan logrado mejorar su eficiencia y rentabilidad mediante la industrialización. Ofrecer servicios de consultoría para ayudar a los productores a entender los beneficios y el retorno de inversión asociado con la industrialización. Implementar programas de capacitación que enseñen a los productores cómo utilizar tecnologías avanzadas y gestionar procesos industriales eficientemente. Organizar seminarios y talleres sobre las mejores prácticas en la industrialización y los beneficios de modernizar la producción. Proporcionar asistencia técnica para la implementación de nuevas tecnologías y la optimización de los procesos productivos. Crear una red de consultores especializados en el sector primario que puedan ayudar a los dueños de la producción a realizar la transición hacia prácticas más industriales. Ofrecer asistencia en la obtención de certificaciones de calidad que permitan acceder a mercados internacionales y obtener mejores precios por productos industriales. Ayudar a los productores a promover y comercializar sus productos industrializados en mercados locales e internacionales. Facilitar el desarrollo de infraestructura necesaria para la industrialización, como centros de procesamiento y redes de transporte. Mejorar las redes de distribución para que los productos industrializados puedan llegar eficientemente a los mercados. Establecer normativas que incentiven la adopción de prácticas industriales sin imponer regulaciones excesivas. Crear políticas públicas que promuevan la modernización del sector primario mediante incentivos y apoyo técnico, sin recurrir a la planificación centralizada.

Como ejemplos de estrategias exitosas tenemos que la modernización de la agricultura en los Países Bajos se ha logrado mediante una combinación de subsidios, formación técnica y la promoción de tecnologías innovadoras. El país ha logrado una alta eficiencia y competitividad en la producción agrícola. En Israel se ha promovido la industrialización del sector agrícola mediante la inversión en tecnología y la formación de empresarios agrícolas en el uso de innovaciones tecnológicas, logrando transformar la agricultura en un sector altamente industrializado. En Chile, el sector minero ha experimentado una industrialización significativa gracias a políticas de incentivo a la inversión en tecnología y la creación de asociaciones público-privadas que han facilitado el acceso a nuevas tecnologías y mercados.

A los dueños de la producción en el sector primario, para que se sumerjan en la industrialización de su producción, es crucial ofrecerles incentivos económicos, demostrarles los beneficios de la modernización, proporcionarles educación y capacitación, y brindarles asistencia técnica. Además, el apoyo en la obtención de certificaciones de calidad y el desarrollo de infraestructura son elementos clave para facilitar la transición hacia prácticas más industriales y sostenibles. Implementando estas estrategias de manera integral, se puede promover la industrialización sin recurrir a una economía planificada o dirigismo.

Para los productores de ganado que solo venden carne y los sojeros que solo venden grano para exportación, la estrategia para impulsar la industrialización y agregar valor a sus productos puede incluir una combinación de incentivos, formación, apoyo técnico y desarrollo de infraestructura específica. Así ofrecer subsidios o créditos a bajo interés para la adquisición de equipos de procesamiento y tecnología que permita a los productores transformar la carne en productos de mayor valor agregado (por ejemplo, cortes especiales, embutidos). Facilitar el acceso a certificaciones de calidad y etiquetado que permitan a los productores acceder a mercados más exclusivos y obtener mejores precios por productos de carne procesada. Implementar programas de formación en técnicas de procesamiento de carne, manejo de calidad y normas de higiene y seguridad alimentaria. Ofrecer seminarios y talleres sobre cómo agregar valor a los productos cárnicos mediante procesos de industrialización y diversificación de productos. Proporcionar asesoría técnica para la instalación y operación de plantas de procesamiento de carne, incluyendo la optimización de procesos y la gestión de calidad. Ofrecer servicios de consultoría para desarrollar estrategias de comercialización y expansión hacia mercados nacionales e internacionales. Invertir en la construcción de centros de procesamiento de carne en regiones productoras para facilitar el acceso a instalaciones modernas y eficientes. Mejorar la infraestructura de transporte y logística para garantizar una cadena de suministro eficiente desde las granjas hasta los mercados. Ofrecer subsidios o incentivos fiscales para la construcción de plantas de procesamiento de soja, como instalaciones para la producción de aceite de soja, harina de soja o biodiesel. Apoyar la investigación y el desarrollo de nuevos productos derivados de la soja que puedan aumentar el valor agregado y diversificar los mercados. Implementar programas educativos sobre técnicas avanzadas de procesamiento y usos industriales de la soja. Organizar talleres sobre la innovación en productos derivados de la soja y estrategias de entrada en mercados con mayor valor agregado. Proporcionar apoyo técnico para la instalación y operación de plantas de procesamiento de soja, incluyendo el diseño de procesos y la gestión de la calidad. Ofrecer servicios de consultoría para explorar nuevos mercados y desarrollar estrategias de marketing para productos derivados de la soja. Facilitar la construcción de plantas de procesamiento de soja en regiones productoras para mejorar la eficiencia y la capacidad de agregar valor. Mejorar la infraestructura de transporte para facilitar la distribución de productos procesados desde las plantas hasta los mercados.

Como ejemplos tenemos que, en Brasil, el sector ganadero ha avanzado hacia la industrialización con la implementación de tecnologías modernas de procesamiento y exportación. Programas gubernamentales y asociaciones público-privadas han facilitado la construcción de plantas de procesamiento y la obtención de certificaciones de calidad. Por su parte Argentina ha desarrollado una industria de procesamiento de soja robusta mediante inversiones en plantas de procesamiento de aceite y harina de soja. El país ha incentivado la construcción de infraestructuras y ha apoyado a los productores en la mejora de sus capacidades de procesamiento.

En el negocio de la carne, la venta de carne industrializada suele generar más ganancias que la venta de carne en bruto. Esto se debe a que la carne industrializada incluye productos como embutidos, cortes especiales, carne en conserva, y productos listos para cocinar. Estos productos tienen un mayor valor agregado en comparación con la carne en bruto, lo que permite a los productores obtener precios más altos en el mercado. La industrialización permite a las empresas diferenciar sus productos mediante branding, calidad, y características especiales (como orgánicos o libres de antibióticos), lo cual puede justificar precios premium. Las plantas de procesamiento pueden operar a gran escala, lo que permite la optimización de procesos y la reducción de costos unitarios. Esto puede resultar en márgenes de ganancia más altos en comparación con la venta de carne en bruto. El procesamiento permite un mayor control sobre la calidad del producto final, reduciendo desperdicios y mejorando la eficiencia general del negocio. Los productos de carne procesada tienen acceso a mercados internacionales más amplios y pueden cumplir con las normativas y estándares específicos que a menudo son exigidos para exportaciones. La carne industrializada puede dirigirse a segmentos de mercado específicos, como consumidores que buscan conveniencia o productos gourmet, lo cual puede aumentar los precios y las ganancias. Los productos de carne industrializada, como cortes especiales y productos elaborados, pueden venderse a precios mucho más altos que la carne en bruto. Esto puede resultar en una rentabilidad significativamente mayor por unidad. Ofrecer una gama de productos procesados puede diversificar las fuentes de ingresos y reducir la dependencia de la venta de carne en bruto, que suele tener márgenes más ajustados.

Así tenemos que, en países como Brasil, grandes productores de carne han invertido en la industrialización de la carne, desarrollando plantas de procesamiento que producen carne en diferentes formas y preparaciones. Esto ha permitido no solo exportar carne en bruto, sino también productos procesados que capturan mayores precios en mercados internacionales. Empresas líderes en la industria de la carne en los Estados Unidos de Norte América, como JBS y Tyson Foods, han demostrado que la inversión en procesamiento y productos de valor agregado puede generar márgenes de ganancia más altos en comparación con la venta de carne en bruto.

La venta de carne industrializada generalmente produce más ganancias que la venta de carne en bruto debido al valor agregado que se puede generar a través del procesamiento, la reducción de costos, la diversificación de productos, y el acceso a mercados más amplios. La industrialización permite a los productores y empresas del sector obtener precios más altos y maximizar su rentabilidad, lo que resulta en un negocio más lucrativo en comparación con la venta de carne en bruto.

Para los productores de granos como la soja, la industrialización suele ser más rentable que la venta del grano en bruto. Ello porque el aceite de soja es uno de los productos más valiosos derivados del grano de soja. Tiene una amplia gama de aplicaciones en la industria alimentaria y no alimentaria, lo que permite obtener precios más altos en comparación con el grano en bruto. La harina de soja es un ingrediente clave en la alimentación animal, especialmente en la producción de alimentos balanceados para ganado, aves y peces. La demanda de este producto es alta y puede generar márgenes significativos. La soja se utiliza en la producción de biodiesel, un biocombustible que tiene un mercado creciente debido a la búsqueda de alternativas más sostenibles a los combustibles fósiles. Las plantas de procesamiento pueden operar a gran escala, lo que permite optimizar los procesos y reducir los costos unitarios, incrementando así los márgenes de ganancia. La industrialización permite un mayor control sobre la calidad del producto final, lo que puede mejorar la eficiencia y reducir los desperdicios. Los productos procesados de soja tienen acceso a una mayor diversidad de mercados internacionales, que suelen tener requisitos específicos que pueden cumplir mejor los productos industrializados. La diversificación en productos como alimentos para consumo humano (tofu, leche de soja, proteína texturizada) permite acceder a segmentos de mercado más especializados y obtener precios premium. Los productos procesados, como aceite y harina de soja, pueden venderse a precios mucho más altos que el grano en bruto, resultando en una rentabilidad significativamente mayor por unidad. La capacidad de ofrecer una gama de productos procesados diversifica las fuentes de ingresos y reduce la dependencia de la venta de grano en bruto, que generalmente tiene márgenes más ajustados.

En Brasil, grandes productores de soja han invertido en la industrialización del grano, desarrollando plantas que procesan la soja en productos como aceite y harina. Esto les ha permitido no solo exportar grano en bruto, sino también productos procesados que capturan mayores precios en mercados internacionales. Empresas como Archer Daniels Midland (ADM) y Cargill en los Estados Unidos de Norte América han demostrado que la inversión en el procesamiento de soja y la producción de productos derivados puede generar márgenes de ganancia más altos en comparación con la venta del grano en bruto.

La industrialización de la soja generalmente produce más ganancias que la venta del grano en bruto debido al valor agregado que se genera a través del procesamiento, la reducción de costos, la diversificación de productos y el acceso a mercados más amplios. Al transformar la soja en productos como aceite, harina y biodiesel, los productores pueden obtener precios más altos y maximizar su rentabilidad, haciendo de la industrialización una estrategia más lucrativa en comparación con la venta del grano en bruto.

Por otro lado, y algo de destacar, es que la industrialización de la producción de carne y granos de soja tiende a ser más intensiva en empleabilidad comparada con la venta de estos productos en bruto. Esta resultante se debe a que principalmente emplea a trabajadores rurales y personal involucrado en el manejo del ganado. Necesita personal para el transporte del ganado a los mataderos y mercados. Incluye a intermediarios y vendedores en mercados y tiendas. Emplea a trabajadores en plantas de procesamiento y fabricación de productos cárnicos (embutidos, cortes especiales, productos listos para cocinar). Necesita personal especializado para asegurar la calidad y seguridad de los productos. Involucra a científicos y técnicos en el desarrollo de nuevos productos y tecnologías de procesamiento. Incluye profesionales de marketing y ventas para promover y vender los productos procesados. Emplea a personal para gestionar la distribución de productos procesados a nivel local e internacional. Principalmente emplea a agricultores y trabajadores agrícolas para la siembra, cultivo y cosecha de la soja. Necesita personal para el transporte de los granos a los mercados y puertos de exportación. Incluye a intermediarios y vendedores en mercados locales e internacionales. Emplea a trabajadores en plantas de procesamiento para la producción de aceite, harina y otros productos derivados de la soja. Necesita personal especializado para asegurar la calidad y seguridad de los productos procesados. Involucra a científicos y técnicos en el desarrollo de nuevos productos y tecnologías de procesamiento. Incluye profesionales de marketing y ventas para promover y vender los productos procesados. Emplea a personal para gestionar la distribución de productos procesados a nivel local e internacional. Genera empleos en múltiples etapas adicionales, incluyendo procesamiento, control de calidad, investigación y desarrollo, marketing, y distribución. Estos sectores requieren una mayor diversidad de habilidades y niveles de educación, desde trabajadores manuales hasta profesionales altamente calificados. Principalmente emplea a trabajadores en la producción primaria y en la logística básica. Los empleos tienden a ser menos variados y requieren menos especialización en comparación con la industrialización.

La industrialización de la producción de carne y soja genera una mayor cantidad de empleos y requiere una mayor diversidad de habilidades y niveles de educación en comparación con la venta de estos productos en bruto. Esto no solo aumenta la empleabilidad en las comunidades locales, sino que también contribuye al desarrollo de una economía más compleja y diversificada, con beneficios adicionales en términos de crecimiento económico y distribución de la riqueza.

Por otro lado, podemos comentar que, el impacto en el Producto Interno Bruto (PIB) de un país, por el hecho de tener más profesionales en ingeniería en comparación con otras áreas es significativo y multifacético.  Los ingenieros juegan un papel crucial en el desarrollo e implementación de nuevas tecnologías, procesos y productos. La innovación tecnológica a menudo lleva a mejoras en la eficiencia y la creación de nuevos mercados, lo cual puede contribuir al crecimiento económico. Según el informe de la OECD sobre innovación, las economías con una alta concentración de profesionales en ingeniería tienden a experimentar un mayor ritmo de innovación. La adopción de tecnologías avanzadas y la optimización de procesos industriales, impulsadas por ingenieros, pueden aumentar la productividad en diversos sectores económicos. Un aumento en la productividad generalmente contribuye a un mayor PIB, ya que se produce más valor con los mismos recursos. Las industrias que requieren habilidades de ingeniería, como la manufactura, la construcción y la infraestructura, son fundamentales para el crecimiento económico. Un aumento en la cantidad de ingenieros puede llevar a una mayor inversión en infraestructura, proyectos de construcción y desarrollo industrial, impulsando el PIB. La expansión del sector de las TIC, que depende en gran medida de profesionales en ingeniería, puede generar un crecimiento significativo en el PIB. Las empresas tecnológicas contribuyen al PIB a través de la producción de software, servicios en la nube, y otros productos y servicios innovadores. Los países con una alta concentración de ingenieros pueden aumentar sus exportaciones de productos y servicios tecnológicos. Esto puede generar ingresos significativos para el país y contribuir al crecimiento del PIB. Por ejemplo, países como Alemania y Corea del Sur han visto un impacto positivo en su PIB debido a su fuerte sector de ingeniería y exportaciones tecnológicas. La presencia de una fuerza laboral altamente calificada en ingeniería puede mejorar la competitividad global de un país, atrayendo inversiones extranjeras y fomentando el crecimiento económico. Las empresas multinacionales a menudo buscan ubicaciones con una base sólida de talento en ingeniería.

Un sector de ingeniería en expansión genera una gran cantidad de empleos, no solo para ingenieros, sino también para profesionales en áreas relacionadas, como gestión de proyectos y servicios técnicos. Esto tiene un efecto positivo en la economía al aumentar el empleo y los ingresos disponibles. Las mejoras en infraestructura, tecnología y servicios impulsadas por ingenieros pueden mejorar la calidad de vida y el bienestar general, lo que también tiene un efecto positivo en el crecimiento económico al fomentar una mayor participación en la economía y aumentar el consumo.

Un informe del Banco Mundial señala que países con una fuerte inversión en educación en ingeniería y ciencia tienden a tener un crecimiento económico más rápido. Los países emergentes que han invertido en la formación de ingenieros han experimentado aumentos en su PIB y mejoras en sus sectores industriales y tecnológicos. La OECD ha publicado estudios que muestran una correlación entre la inversión en educación técnica y el crecimiento del PIB. Las economías con una alta proporción de profesionales en ingeniería y tecnología suelen tener una tasa de crecimiento económico más alta.

El aumento en el número de profesionales en ingeniería tiene un impacto positivo significativo en el PIB de un país. Los ingenieros contribuyen a la innovación, la productividad, el crecimiento en sectores clave, las exportaciones y el desarrollo económico general. Sin embargo, el impacto exacto puede variar según el contexto económico del país, las políticas de inversión y otros factores socioeconómicos.

En cuanto la inversión en Educación en Ingeniería, por ejemplo, Corea del Sur ha realizado una inversión sustancial en su sistema educativo, especialmente en las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). El país ha establecido numerosas universidades y centros de investigación de clase mundial. La inversión en educación en ingeniería y ciencia ha contribuido al rápido crecimiento económico de Corea del Sur desde la década de 1960. El país ha emergido como un líder global en tecnología y manufactura, con empresas destacadas como Samsung y Hyundai. Según el Banco Mundial, la transformación de Corea del Sur en una economía avanzada se debe en gran parte a su enfoque en la educación técnica y científica. Por su parte China ha realizado enormes inversiones en educación en ingeniería y tecnología desde el inicio de su reforma económica en las décadas de 1980 y 1990. El país ha aumentado su capacidad de investigación y desarrollo y ha establecido numerosos programas y universidades especializadas en ingeniería. La inversión en educación técnica ha impulsado el crecimiento económico de China, permitiendo al país convertirse en la segunda economía más grande del mundo. Las áreas de alta tecnología, como la fabricación de equipos electrónicos y la tecnología de la información, han experimentado un crecimiento significativo. El Banco Mundial ha informado que el desarrollo de infraestructura y capacidades tecnológicas ha sido clave en el rápido crecimiento del PIB de China. También la India ha invertido considerablemente en la educación en ingeniería y tecnología, con una gran cantidad de instituciones educativas reconocidas como el Indian Institutes of Technology (IITs). Estos institutos son conocidos por su alta calidad educativa y su enfoque en la investigación y el desarrollo. La inversión en educación en ingeniería ha ayudado a India a convertirse en un importante centro global de servicios de tecnología de la información y outsourcing. Empresas como Infosys y Tata Consultancy Services (TCS) han crecido enormemente, contribuyendo al aumento del PIB. El Banco Mundial destaca que el crecimiento en el sector de TI ha sido un factor crucial en la expansión económica de India. Singapur ha establecido un sistema educativo sólido y una infraestructura de investigación avanzada, con un fuerte enfoque en ingeniería y tecnología. Las universidades como la National University of Singapore (NUS) y la Nanyang Technological University (NTU) son líderes en investigación y desarrollo. La inversión en educación técnica ha permitido a Singapur desarrollarse como un centro global de tecnología y finanzas. El país ha experimentado un crecimiento económico sostenido y ha atraído inversiones extranjeras significativas. El Banco Mundial informa que el enfoque en la educación técnica ha sido fundamental para el éxito económico de Singapur. Israel ha invertido en educación técnica y en investigación y desarrollo, creando un entorno propicio para la innovación. El país ha desarrollado una fuerte industria de alta tecnología y ha fomentado una cultura de emprendimiento e innovación. La inversión en educación en ingeniería y tecnología ha llevado a Israel a ser un líder en tecnología e innovación, con una próspera industria de startups. Según el Banco Mundial, el sector tecnológico ha contribuido significativamente al crecimiento económico de Israel y a su alto PIB per cápita.

La inversión en educación en ingeniería y ciencia tiene un impacto significativo en el crecimiento económico. Los países mencionados han utilizado la formación técnica y científica para impulsar la innovación, la productividad y la competitividad global, lo que ha llevado a un aumento en su PIB y a mejoras en sus sectores industriales y tecnológicos. La evidencia sugiere que la educación en ingeniería y ciencia puede ser un motor clave para el crecimiento económico sostenido.

El enfoque en el sector industrial, especialmente cuando se basa en las competencias de profesionales ingenieros, puede llevar a una distribución de la riqueza más equitativa en comparación con una economía centrada en el sector primario. Las razones detrás de este fenómeno y cómo el sector industrial puede influir en la distribución de la riqueza se debe a que, si atendemos que el sector primario, que incluye actividades como la agricultura, la minería y la pesca, suele tener una alta concentración de riqueza en manos de unos pocos. Esto se debe a que estas actividades a menudo requieren menos mano de obra y pueden generar una alta concentración de propiedad y riqueza en grandes empresas o propietarios. Por otro lado, el sector industrial tiende a ser más intensivo en mano de obra, lo que crea una mayor cantidad de empleos en comparación con el sector primario. La presencia de una industria diversificada que emplea a numerosos trabajadores contribuye a una distribución de ingresos más amplia y equitativa, ya que más personas tienen acceso a empleos y salarios.

Las actividades del sector primario a menudo están concentradas en regiones específicas que tienen recursos naturales. Esto lleva a un desarrollo económico desigual, con ciertas áreas prosperando mientras que otras permanecen menos desarrolladas. Mientras que la industria fomenta el desarrollo regional y local, ya que las fábricas y las instalaciones industriales se establecen en diversas áreas, incluyendo zonas menos desarrolladas. Esto ayuda a distribuir los beneficios económicos de manera más equitativa entre diferentes regiones del país.

En el sector primario, el valor agregado es más bajo en comparación con la industria. Los productos primarios se venden a precios relativamente bajos, y la mayor parte del valor se captura en etapas posteriores de la cadena de suministro. Mientras que la industria genera un mayor valor agregado a través del procesamiento y la manufactura. Las empresas industriales crean productos de mayor valor y desarrollan cadenas de suministro complejas, lo que genera más oportunidades de empleo y una distribución del ingreso más equitativa a lo largo de la cadena de valor.

Los sectores primarios requieren menos capacitación especializada, lo que limita las oportunidades para el desarrollo profesional y la movilidad económica. No así la industria que requiere habilidades especializadas y educación técnica. La inversión en educación y capacitación para profesionales, especialmente ingenieros, genera oportunidades de empleo mejor remuneradas y contribuye a una mayor igualdad en la distribución de ingresos.

Alemania, con su fuerte sector industrial y enfoque en la educación técnica y profesional, ha logrado una distribución relativamente equitativa de la riqueza en comparación con economías más centradas en el sector primario. Su modelo industrial ha contribuido a un alto nivel de empleo y una base económica diversificada. La transición de Corea del Sur de una economía agrícola a una industrializada ha llevado a un crecimiento económico sostenido y a una distribución más equitativa de la riqueza. La inversión en educación y en el sector industrial ha permitido una expansión económica que beneficia a una amplia gama de la población.

Un país que centra su PIB en el sector industrial y fomenta la formación de profesionales ingenieros puede lograr una distribución de la riqueza más equitativa en comparación con un enfoque en el sector primario. La industria tiende a generar más empleos, distribuir los beneficios económicos en diversas regiones y fomentar una mayor inversión en educación y capacitación. Estos factores pueden contribuir a una mayor igualdad en la distribución del ingreso y al desarrollo económico más equilibrado.

Un fuerte sector industrial y un enfoque en la educación técnica y profesional contribuyen a menores índices de pobreza y delincuencia en comparación con economías centradas en el sector primario. Este se debe a que un sector industrial robusto genera una amplia gama de empleos bien remunerados y ofrece oportunidades de desarrollo profesional y movilidad económica. El empleo estable y bien remunerado ayuda a reducir la pobreza al proporcionar a las personas ingresos suficientes para satisfacer sus necesidades básicas y mejorar su calidad de vida. La inversión en educación técnica y profesional prepara a los individuos para empleos de alta calidad en el sector industrial. Una mejor educación y capacitación están asociadas con mayores ingresos potenciales y una mayor probabilidad de empleo, lo que contribuye a la reducción de la pobreza. Según estudios del Banco Mundial y de la OECD, las economías con fuertes sistemas educativos y de capacitación tienden a experimentar menores niveles de pobreza. La industria puede promover el desarrollo regional, creando empleos en áreas menos desarrolladas y ayudando a equilibrar las disparidades económicas. Esto puede reducir la pobreza en regiones que de otro modo podrían estar rezagadas.

La estabilidad económica proporcionada por un sector industrial sólido y una fuerza laboral bien capacitada reducen las tensiones sociales y económicas que contribuyen a la delincuencia. La estabilidad en el empleo y los ingresos reduce la motivación para participar en actividades delictivas. La educación técnica y profesional tiene un efecto preventivo sobre la delincuencia al ofrecer a los jóvenes alternativas positivas y oportunidades de desarrollo personal. Programas de educación y capacitación pueden desviar a los individuos de actividades delictivas al proporcionarles habilidades valiosas y opciones de carrera.

Las economías con un sector industrial fuerte pueden permitirse mayores inversiones en infraestructura y servicios públicos, incluidos servicios de seguridad y programas de prevención del delito. Una mejor infraestructura y servicios pueden contribuir a un entorno más seguro y menos propenso a la delincuencia.

Alemania, con su enfoque en la industria y la educación técnica, ha logrado mantener bajos índices de pobreza y delincuencia en comparación con algunos países que dependen en gran medida del sector primario. El país tiene un fuerte sistema de bienestar social y programas de capacitación laboral que han contribuido a la estabilidad económica y social. Nuevamente señalamos que la transformación de Corea del Sur en una economía industrializada ha estado acompañada de una disminución de la pobreza y una reducción en los índices de delincuencia. El crecimiento económico y el desarrollo de infraestructura han mejorado las condiciones de vida y reducido las tensiones sociales. También Singapur, con su fuerte sector industrial y enfoque en la educación, ha visto mejoras significativas en los niveles de pobreza y delincuencia. La inversión en infraestructura y educación ha creado un entorno seguro y próspero, con bajos niveles de pobreza y delincuencia.

La presencia de un sector industrial fuerte y un enfoque en la educación técnica y profesional contribuyen a menores índices de pobreza y delincuencia. Estos factores fomentan el desarrollo económico, la estabilidad social y la creación de oportunidades, lo que reduce las disparidades económicas y mejora la calidad de vida en general. La evidencia empírica y los ejemplos de países exitosos respaldan esta relación entre el desarrollo económico, la educación y la reducción de la pobreza y la delincuencia.

Ahora, es de ser realistas, y confrontar el fracaso educativo que venimos acumulando ya desde larga data en nuestro Paraguay.

                                                       Fuente: SNEPE 2018

El informe SNEPE (Sistema Nacional de Evaluación del Proceso Educativo) de 2018 muestra que en Paraguay los resultados educativos en matemáticas son preocupantes. En la evaluación, que abarcó a estudiantes de 3°, 6° y 9° grados de Educación Escolar Básica y del 3° curso de la Educación Media, se observó que todos los estudiantes evaluados en matemáticas estaban por debajo del puntaje mínimo establecido para un nivel de desempeño satisfactorio (550 puntos). Específicamente, solo 3 de cada 10 estudiantes alcanzan o superan este nivel mínimo de aprendizaje en matemáticas.

La experiencia evidencia que, a través de una formación educativa especializada en matemáticas, los niños promedio, pueden alcanzar un alto nivel de dominio del lenguaje no verbal de las matemáticas. Esta formación puede llevar a logros sobresalientes si se implementa de manera efectiva. Esta puede hacerse factible si se implementa un currículo que desafíe a los estudiantes con problemas complejos, teorías avanzadas y conceptos matemáticos profundos que puedan elevar su comprensión y habilidad en el lenguaje matemático. A medida que los estudiantes avanzan, la enseñanza de conceptos abstractos y de alto nivel, como la teoría de números, álgebra avanzada, cálculo y teoría de grafos, puede ayudar a desarrollar una comprensión más profunda del lenguaje matemático.

Se debe operar con una metodología de enseñanza efectiva, esto se traduce en utilizar métodos de aprendizaje activos, como la resolución de problemas, la investigación y la experimentación, los mismos pueden ayudar a los estudiantes a internalizar el lenguaje matemático de manera más efectiva. Los proyectos de matemáticas que integran la teoría con aplicaciones prácticas permiten a los estudiantes utilizar el lenguaje matemático en contextos reales, fortaleciendo su comprensión y habilidad. El uso de software matemático, simulaciones y aplicaciones interactivas puede proporcionar a los estudiantes experiencias prácticas que refuercen el aprendizaje del lenguaje matemático. El acceso a libros, artículos científicos y recursos en línea de nivel avanzado enriquecen el aprendizaje y proporcionar una comprensión más completa. Programas de enriquecimiento, como cursos de matemáticas avanzadas, tutorías especializadas y clubes matemáticos, ofrecen oportunidades adicionales para el desarrollo de habilidades. Participar en competencias matemáticas, ferias de ciencia y olimpiadas puede motivar a los estudiantes y proporcionar desafíos adicionales. La formación en matemáticas puede desarrollar habilidades de pensamiento crítico y resolución de problemas, que son esenciales para manejar el lenguaje matemático de manera efectiva. La práctica continua en matemáticas ayuda a los estudiantes a mejorar su capacidad para manejar conceptos abstractos y simbólicos, que son fundamentales en el lenguaje matemático.

Como casos exitosos se puede decir que hay numerosos ejemplos de estudiantes que, a través de una educación matemática especializada, han alcanzado niveles extraordinarios de habilidad. Por ejemplo, muchos ganadores de olimpiadas matemáticas y matemáticos prodigiosos han sido formados a través de programas de enriquecimiento y educación avanzada. Estudios han demostrado que programas de enriquecimiento matemático y metodologías de enseñanza efectivas pueden mejorar significativamente el rendimiento y la comprensión en matemáticas. Por ejemplo, un estudio en la "Journal for Research in Mathematics Education" mostró que los estudiantes expuestos a enseñanza avanzada y enriquecimiento tuvieron un rendimiento significativamente mejor en pruebas de matemáticas.

A través de una formación educativa especializada y bien diseñada, es posible que los niños promedio desarrollen un alto nivel de dominio en el lenguaje no verbal de las matemáticas. Esta formación debe ser adaptativa, desafiante y enriquecedora, e incluir métodos de enseñanza efectivos, recursos adecuados, y oportunidades para el aprendizaje práctico. Con el apoyo adecuado y la práctica continua, los estudiantes pueden alcanzar niveles sobresalientes en el manejo del lenguaje matemático y lograr resultados excepcionales en este campo.

Estudiantes que, a pesar de no tener un talento excepcional desde el inicio para las matemáticas, han alcanzado niveles altos gracias a una educación especializada y programas de enriquecimiento. Podemos decir que el matemático Paul Halmos es conocido por su impacto significativo en matemáticas, pero no hay evidencia de que fuera un prodigio matemático en su infancia. Su carrera se desarrolló a través de una educación rigurosa y el trabajo con mentores importantes en el campo. Halmos estudió matemáticas en la Universidad de Illinois y trabajó bajo la guía de matemáticos destacados. Su éxito fue el resultado de un trabajo dedicado y una educación formal sólida. James Simons es un matemático y financista de renombre que realizó contribuciones importantes en matemáticas y finanzas. Aunque Simons tuvo éxito en matemáticas, su formación formal en matemáticas fue crucial para su desarrollo. No hay evidencia pública de que fuera un prodigio matemático en su juventud; en cambio, su éxito provino de una educación avanzada y un trabajo arduo en su campo. Evan Chen es un matemático joven que ha tenido éxito en competiciones matemáticas. Aunque Chen ha demostrado habilidades sobresalientes, no comenzó su carrera matemática como un prodigio reconocido. Su éxito se debe en gran medida a su participación en programas de enriquecimiento y competiciones que desarrollaron sus habilidades.

La mayoría de los matemáticos destacados y competidores exitosos a menudo desarrollaron sus habilidades a través de una combinación de educación rigurosa, entrenamiento especializado, y participación en programas de enriquecimiento. Aunque algunos pueden haber mostrado una habilidad natural, muchos alcanzaron niveles sobresalientes no necesariamente porque fueran prodigios desde el principio, sino porque se beneficiaron de una formación intensiva y una preparación adecuada. La capacidad de desarrollar habilidades avanzadas en matemáticas puede ser significativamente influenciada por la educación y el entrenamiento especializados, independientemente del talento inicial.

El impacto de la formación especializada en matemáticas sobre la capacidad de los estudiantes para cursar exitosamente carreras de ingeniería ha sido objeto de estudio en diversas investigaciones. Así varios estudios longitudinales han mostrado una correlación positiva entre la formación matemática avanzada en la escuela y el éxito en carreras de ingeniería. Por ejemplo, investigaciones han encontrado que los estudiantes que participan en programas de enriquecimiento matemático y competiciones tienden a tener un mejor desempeño en materias técnicas a nivel universitario. Un estudio realizado por el National Center for Education Statistics (NCES) en 2012 encontró que los estudiantes que participaron en programas de matemáticas avanzadas durante la escuela secundaria tenían una mayor probabilidad de inscribirse en carreras de ingeniería en comparación con sus compañeros que no participaron en estos programas. La investigación sobre el impacto del programa CTY de Johns Hopkins University revela que los estudiantes que participaron en sus cursos de matemáticas avanzadas y competiciones tenían una mayor probabilidad de seguir carreras en campos STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) en comparación con aquellos que no participaron en el programa. Los datos muestran que los estudiantes del CTY tienen una tasa significativamente mayor de inscripción en programas universitarios de ingeniería. Un análisis de datos de la AMC ha mostrado que los estudiantes que obtienen altos puntajes en competiciones matemáticas tienen una mayor probabilidad de seguir carreras en ingeniería y ciencias. El éxito en estas competiciones a menudo se asocia con una formación matemática avanzada y especializada. La formación especializada en matemáticas ayuda a desarrollar habilidades críticas como el pensamiento lógico, la resolución de problemas y la capacidad de manejar conceptos abstractos, que son fundamentales en las carreras de ingeniería. Los estudiantes que reciben esta formación tienden a estar mejor preparados para enfrentar los desafíos académicos en ingeniería. Los estudiantes que tienen una sólida base en matemáticas avanzadas están mejor preparados para enfrentar cursos universitarios desafiantes en ingeniería. Esto puede traducirse en un mayor éxito en sus estudios y una menor tasa de deserción en programas de ingeniería. Un estudio realizado por ETS en 2016 encontró que los estudiantes que habían tomado cursos avanzados de matemáticas en la escuela secundaria tenían un rendimiento significativamente mejor en las pruebas de matemáticas universitarias y en los exámenes estandarizados relacionados con la ingeniería.

La "National Science Foundation" (NSF) ha financiado investigaciones que demuestran que los programas de enriquecimiento matemático y las competiciones aumentan la probabilidad de que los estudiantes persigan y completen carreras en ingeniería y ciencias.

La evidencia sugiere que la formación especializada en matemáticas tiene un impacto significativo en la probabilidad de que los estudiantes cursen exitosamente carreras de ingeniería. Los estudiantes que participan en programas de matemáticas avanzadas y competiciones tienden a tener una base sólida en habilidades matemáticas que les ayuda a enfrentar con éxito los desafíos en ingeniería. Estos programas no solo mejoran las habilidades matemáticas, sino que también preparan a los estudiantes para el rigor académico y las demandas de las carreras técnicas.

La inversión en la formación matemática desde la educación básica hasta la universitaria desarrolla habilidades críticas de pensamiento lógico, resolución de problemas, y análisis cuantitativo. Una sólida formación matemática es la base para estudios avanzados en ingeniería y otras carreras STEM, preparando a los estudiantes para enfrentar desafíos técnicos en la industria.

Incentivar los estudios en carreras de ingeniería y ciencias aplicadas a través de becas, subvenciones y campañas de concienciación crea un flujo constante de profesionales altamente calificados. Los ingenieros y científicos aplican conocimientos matemáticos y técnicos para innovar, optimizar procesos, y aumentar la productividad en la industria.

Las políticas públicas que promueven la industrialización del sector primario, como incentivos fiscales, apoyo financiero, y mejoras en infraestructura, ayudan a transformar materias primas en productos de mayor valor agregado. Al desarrollar el sector secundario, la economía se diversifica, disminuyendo la dependencia del sector primario y reduciendo la vulnerabilidad a fluctuaciones en los precios de las materias primas. La industrialización requiere una mayor cantidad de trabajadores calificados en ingeniería, manufactura, y gestión, lo que genera empleo tanto directo como indirecto. La expansión del sector secundario crea nuevas industrias, como manufactura avanzada, biotecnología, y tecnologías verdes, que ofrecen más oportunidades de empleo. Los sectores industriales tienden a ofrecer salarios más altos que los sectores primarios, lo que contribuye a una mejor distribución de la riqueza. Al generar más empleos bien remunerados, se reduce la brecha salarial entre los diferentes sectores de la economía, contribuyendo a una distribución más equitativa de la riqueza. Al industrializarse, los países pueden aumentar el valor agregado de sus productos, incrementando el PIB y mejorando la balanza comercial. El crecimiento del sector secundario tiene un efecto multiplicador, estimulando la demanda de bienes y servicios en otros sectores de la economía, lo que lleva a un mayor crecimiento económico global.

La inversión en formación matemática y el incentivo de carreras en ingeniería nutren el capital humano necesario para impulsar la industrialización. La industrialización, a su vez, genera mayor empleabilidad y salarios más altos, lo que mejora la distribución de la riqueza. Una mejor distribución de la riqueza y mayores ingresos salariales aumentan el poder adquisitivo de la población, estimulando el consumo y, por ende, contribuyendo al crecimiento del PIB. Este crecimiento económico permite reinvertir en educación y políticas públicas, creando un ciclo de retroalimentación positiva que fortalece aún más el desarrollo del sector secundario y la economía en general.

La inversión en formación matemática, el incentivo a las carreras de ingeniería, y las políticas públicas que favorecen el desarrollo industrial son componentes clave de un sistema interconectado que puede transformar la estructura económica de un país. Este enfoque no solo mejora la empleabilidad y la distribución de la riqueza, sino que también contribuye a un crecimiento económico sostenible y a largo plazo, reflejado en un aumento significativo del PIB.

Haz el esfuerzo por visualizar a un niño en nuestro país, con un lápiz en la mano y un cuaderno frente a él, enfrentándose a un problema de matemáticas. Ese niño, como tantos otros, tiene el potencial de ser alguien que transforme su comunidad. Sin embargo, las estadísticas nos cuentan una historia triste: de cada 10 niños paraguayos, solo 3 logran entender lo que se les pide en matemáticas de manera adecuada. Estos números no son solo fríos datos; representan sueños que se están quedando en el camino, oportunidades que se desvanecen. Un país donde la mayoría de los estudiantes no alcanza el nivel mínimo en matemáticas es un país donde el futuro se ve muy oscuro. Significa que, en lugar de crear innovadores que lleven al país adelante, estamos dejando que esos futuros se apaguen antes de siquiera empezar. Estos resultados reflejan una realidad que afecta a cada niño, cada familia, a la sociedad entera. Estamos dejando atrás a nuestros propios hijos, privándolos de la oportunidad de alcanzar algo más grande. De cada 10 estudiantes, 7 no alcanzan el nivel mínimo en matemáticas, pero esto no significa que el futuro esté perdido. Las frías estadísticas educativas muestran desafíos, pero estos desafíos no son el fin de la historia; son el comienzo de una oportunidad monumental. En lugar de verlo como un obstáculo insuperable, considerémoslo como un llamado a la acción, una señal de que el país tiene una gran reserva de talento sin explotar.

Estos estudiantes no son simplemente "números en un informe"; son la promesa de una nueva generación de ingenieros, científicos y creadores. Las carreras de ingeniería, que son la base para la industrialización y el desarrollo económico, no están fuera de su alcance. Al contrario, con el enfoque y el apoyo adecuados, podemos transformar esas estadísticas en un testimonio de superación y progreso. En lugar de lamentar las cifras, debemos verlas como una invitación a invertir en educación especializada en matemáticas y ciencias. Al hacerlo, no solo aumentamos el número de ingenieros y técnicos, sino que también construimos un puente hacia un futuro donde el país esté impulsado por la innovación y la industria. Cada estudiante que hoy enfrenta dificultades en matemáticas tiene el potencial de convertirse en un profesional que contribuya significativamente al crecimiento económico del país. Al invertir en una sólida educación matemática y en programas que fortalezcan las habilidades necesarias para carreras de ingeniería, estamos haciendo mucho más que mejorar el rendimiento académico. Estamos preparando a nuestros jóvenes para que ocupen puestos clave en la industria, donde la demanda de ingenieros y técnicos seguirá creciendo. Este enfoque tiene un impacto directo en la empleabilidad. Los países que han priorizado la formación en áreas técnicas y científicas han visto cómo sus jóvenes se insertan con éxito en el mercado laboral, reduciendo el desempleo y, a su vez, aumentando la estabilidad económica. Pero el impacto no se detiene allí. Cuando más personas tienen acceso a empleos bien remunerados en sectores industriales, se genera una distribución más equitativa de la riqueza. No es solo una cuestión de aumentar el PIB; es una cuestión de asegurar que el crecimiento económico se traduzca en beneficios tangibles para toda la sociedad. Más personas con buenos empleos significa más ingresos para las familias, mayor poder adquisitivo, y una menor brecha entre ricos y pobres.

Estas estadísticas de la deficiente educación matemática de nuestros niños escolares, por lo tanto, si bien son motivo de profunda preocupación, pero también podemos decir que son el más fuerte llamado a la acción. Son la evidencia de que, con el enfoque adecuado, podemos transformar la educación en matemáticas en una herramienta poderosa para mejorar la equidad social y económica. Es una oportunidad para construir un país donde el progreso sea compartido por todos, donde cada joven tenga la oportunidad de contribuir al desarrollo y donde el futuro sea más prometedor que nunca. Si no actuamos, si no les brindamos las herramientas necesarias, lo que está en juego no es solo su educación, sino el futuro de todos nosotros. La historia no es que el futuro esté oscuro; es que el futuro está lleno de posibilidades esperando ser desbloqueadas. ¿Qué estamos haciendo para cambiar esto? ¿Qué sacrificios estamos dispuestos a hacer para asegurarnos de que ningún niño quede atrás? Estos resultados son un recordatorio de la capacidad de transformación que tiene la educación, y cómo, al apostar por la formación en matemáticas y ciencias, estamos invirtiendo en un país más fuerte, más equitativo, y más próspero. Este es el momento de actuar, de transformar esos números en un llamado urgente a mejorar la educación, a garantizar que cada niño, independientemente de su origen, tenga la oportunidad de soñar y de alcanzar esos sueños.