sábado, 10 de agosto de 2024

LA FALACIA DE LOS BAJOS COSTOS LABORALES Y LA CAPTACIÓN DE INVERSORES EXTRANJEROS

                                                                             por Victor M. Oxley

En un contexto globalizado y altamente competitivo, como lo es el mundo hoy, la decisión de inversión de las empresas extranjeras no se basa únicamente en la reducción de costos laborales, sino en una combinación de factores que incluyen la calidad de los recursos humanos disponibles en el país receptor.

El discurso político local, que promueve la inversión a través de los bajos costos laborales es simplista y no refleja la complejidad de lo que los inversores buscan. Es una verdadera falacia. Si bien es cierto que los costos laborales más bajos son un atractivo considerable, este factor por sí solo no garantiza que nuestro país sea una opción viable para la inversión industrial. Los inversores buscan más que solo una mano de obra barata; también valoran la calidad de la fuerza laboral, especialmente en sectores que requieren habilidades técnicas avanzadas.

La calidad de los recursos humanos es esencial para el éxito de proyectos industriales complejos. Ingenieros y técnicos altamente capacitados no solo aportan habilidades técnicas, sino que también contribuyen a la innovación, la eficiencia operativa y la resolución de problemas. La falta de personal calificado contrarresta los beneficios de los bajos costos laborales, afectando negativamente la productividad y la calidad del trabajo.

Contar con ingenieros y técnicos de primer nivel en nuestro país sediento de inversores, debería de ofrecer varias ventajas significativas. La disponibilidad de talento local elimina la necesidad de trasladar ingenieros y técnicos desde los países de origen para los inversores. Esto no solo reduce los costos de reubicación, sino que también evita los gastos asociados con los salarios más altos de personal expatriado. El costo de empleo de personal calificado sería más bajo en nuestro país, que en los países originarios desarrollados. Este ahorro en costos salariales es significativo y mejora la rentabilidad de las inversiones. El personal paraguayo que de principio ya estaría familiarizado con el entorno y las condiciones del mercado local, facilitaría una transición más rápida y eficiente. Esto aceleraría la puesta en marcha de proyectos y reduciría el tiempo necesario para alcanzar la plena operatividad.

La presencia de trabajadores calificados en nuestro propio entorno contribuye al desarrollo de un ecosistema de habilidades y conocimiento local. Esto no solo beneficia a la empresa inversora, sino que también atraerá más inversiones y fomentará la innovación interna. El contratar personal local evita complicaciones asociadas con visados y permisos de trabajo, simplificando el proceso administrativo para las empresas extranjeras.

El desarrollo económico robusto y sostenido de un país no depende únicamente de factores simples como los costos laborales bajos, hay que ser realistas y no caer en la falacia simplista. Uno de los elementos más críticos, a menudo subestimado, es la calidad de la fuerza laboral técnica y profesional, particularmente en áreas clave como la ingeniería y las técnicas especializadas, como lo subrayamos líneas atrás. Ahora, en este contexto, la educación matemática rigurosa juega un papel fundamental. Sin una base sólida en educación matemática, nuestro país enfrenta grandes desafíos para atraer inversiones industriales significativas que impulsen un verdadero desarrollo económico. Ingenieros y técnicos altamente capacitados son el corazón de las industrias avanzadas y tecnológicas. Estos profesionales no solo manejan los aspectos técnicos de la producción y la innovación, sino que también impulsan la competitividad y la eficiencia en la industria. Para que nuestro país pueda atraer inversiones que generen un desarrollo económico significativo, necesita una fuerza laboral que posea habilidades técnicas avanzadas y una formación rigurosa en matemáticas y ciencias.

La ingeniería moderna, la investigación y el desarrollo, y la producción industrial de alta tecnología dependen en gran medida de la capacidad de resolver problemas complejos y de aplicar conceptos matemáticos avanzados. Sin una educación matemática sólida, los futuros ingenieros y técnicos no estarán equipados para enfrentar los desafíos técnicos y científicos que las industrias avanzadas requieren.

La educación matemática rigurosa forma la base para el desarrollo de habilidades analíticas y de resolución de problemas. Ingenieros y técnicos bien formados en matemáticas tienen una ventaja en la aplicación de principios científicos y tecnológicos, lo cual es esencial para la innovación y la mejora continua en la industria. Un sólido conocimiento matemático permite a los profesionales diseñar, analizar y optimizar procesos y sistemas complejos, que son cruciales para las industrias de alta tecnología y manufactura avanzada. Además, una educación matemática rigurosa fomenta habilidades en análisis de datos, modelado predictivo y optimización, áreas que son cada vez más importantes en un mundo industrializado y digitalizado. Estos conocimientos son esenciales para el desarrollo de tecnologías innovadoras y la gestión eficiente de recursos en las industrias modernas.

La ausencia de ingenieros y técnicos bien formados en educación matemática tiene consecuencias graves para el desarrollo económico de nuestro país. Sin una base sólida en habilidades técnicas avanzadas, el país enfrenta dificultades para atraer inversiones en sectores industriales que requieren alta competencia técnica y científica como ya lo dijimos. Las empresas inversoras, especialmente aquellas en industrias de alta tecnología y manufactura avanzada, buscan países que ofrezcan un entorno con personal altamente calificado para garantizar la viabilidad y el éxito de sus proyectos.

Un país como el nuestro, que carece de una clase nutrida de profesionales competentes en ingeniería y tecnología, formados con una educación matemática rigurosa, está en riesgo de quedar relegado a industrias menos sofisticadas y menos innovadoras. Esto limita el potencial de crecimiento económico y la capacidad de participar en cadenas de valor globales de alto valor añadido.

Para atraer industrias que realmente impulsen un fuerte desarrollo económico, es crucial que debamos invertir en nuestro sistema educativo, particularmente en áreas relacionadas con la ingeniería y las ciencias matemáticas. Establecer programas educativos que proporcionen una formación técnica avanzada y rigurosa, junto con una educación matemática sólida, sentara las bases para una fuerza laboral competitiva y capaz de afrontar los desafíos de las industrias modernas.

Las alianzas entre instituciones educativas y el sector industrial pueden ayudar a alinear los programas de formación con las necesidades del mercado, asegurando que los graduados estén preparados para contribuir efectivamente al desarrollo económico. Además, políticas que promuevan la inversión en educación técnica y científica generaran un ciclo positivo donde la calidad de los recursos humanos atraerá inversiones que a su vez fomentaran un crecimiento económico robusto.

La calidad de los ingenieros y técnicos, formados a través de una educación matemática rigurosa, es un factor decisivo para atraer inversiones industriales que impulsen un verdadero desarrollo económico en nuestro país. La ausencia de una base sólida en estas áreas nos limita la capacidad para competir en la economía global y atraer inversiones que generen crecimiento y prosperidad. Por lo tanto, invertir en una educación técnica y matemática de alta calidad es esencial para construir un futuro económico fuerte y sostenible.

Una buena formación matemática desde la escuela básica es esencial para allanar el camino hacia estudios de ingeniería. Esta base sólida en matemáticas no solo facilita el acceso a carreras técnicas avanzadas, sino que también es fundamental para el desarrollo de profesionales que impulsan la industrialización, el motor principal para el crecimiento del PIB de un país.  Las profesiones de ingeniería y áreas relacionadas representan el insumo principal de la industrialización, que a su vez es clave para un crecimiento económico robusto. La industrialización no solo mejora la capacidad productiva de un país, sino que también contribuye a una mejor distribución de la riqueza. A medida que el país avance en la industrialización, se creará un entorno propicio para la mejora del índice de producto per cápita, elevando así el nivel de vida general y promoviendo una mayor equidad económica.



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