Por
Víctor M. Oxley Ynsfrán
El sistema electoral
paraguayo tiene la principal característica en que está basado en una única
vuelta electoral y el ganador se define por mayoría relativa (simple).
En este tipo de sistemas
es bien conocido el efecto que tienen los partidos menores en cuanto pueden
jugar decisivamente a favor o en contra de ciertos fines comunes generales
compartidos por todos ellos.
En las elecciones del
año 2008, una alianza entre el partido liberal (PLRA) y un abanico de partidos
y movimientos políticos con distintas ideologías, identificada como Alianza Patriótica
para el Cambio (APC) derrotó en las urnas a una ANR autocrática, obsoleta y decadente.
Todos los integrantes de
esta alianza, comprendieron a cabalidad su responsabilidad ciudadana histórica y
en esa conciencia coordinaron sus acciones bajo el fin común de desplazar al
otrora partido en el poder, logrando estratégicamente el objetivo.
El panorama electoral
pintado en esta antesala a las generales de abril de 2013, bosqueja una
variopinta de alternativas electorales. Son 12 los partidos dentro de 38
agrupaciones políticas habilitadas legalmente por el Tribunal Superior de
Justicia Electoral para participar de los comicios, estos pujaran por captar las
preferencias de los electores y así hacer efectivas sus metas electorales. Algunos
grupos de entre este amasijo "ideológico" cuentan con mayor o menor
porcentaje de votos, pero en general todos referencian cifras muy ínfimas en cuentas
magras.
El conocido politólogo
español Josep Colomer comenta que "la regla de la mayoría relativa es muy
vulnerable a las estrategias de los perdedores"; las elecciones a una sola
vuelta y definida por mayoría relativa -como la nuestra subrayamos- estimula
los cursos de acción bajo la máxima conocida de "divide y vencerás", modificando
sensiblemente el número de participantes con su consiguiente dispersión de
votos, siendo así "los perdedores
de mayoría relativa pueden alterar el ganador [...] La regla de la mayoría
relativa es más vulnerable a estas estrategias". Como corolario del anterior axioma se puede
afirmar -como bien acota Colomer- que los ganadores de mayoría relativa son
altamente "dependientes de las alternativas irrelevantes".
Todos los partidos
políticos buscan derrotar a la ANR - partido colorado, por lo que ese grupo
político significa en la historia de este país, sus líderes han hegemonizado el
poder por más de 60 años, y como lo han hecho y en resultados, no generan
ninguna asociación positiva (en el sentido psicológico) en la ciudadanía en
general.
Piense el elector ¿a quién beneficia la fragmentación de propuestas electorales con sus consiguientes candidatos propios? La respuesta la tiene en la punta de la lengua: la ANR. Al ser el sistema electoral paraguayo -volvemos a repetir a una sola vuelta y decidido por mayoría simple- pueden obtener una victoria con el solo caudal de votos "duros" propios. Esto por la dispersión de votos que podrían captar los partidos "sin chances reales" de ganar, y en esta acción desperdiciar votos que bien podrían sumar en la victoria del candidato con verdaderas chances de vencer al "enemigo" en común.
Atendiendo a las características
del sistema político nuestro, el voto en blanco, nulo o la abstención no sirven
de nada (tal vez en su conciencia lleve la sensación de victoria como símbolo
de protesta por las negligencias en la ley y su consiguiente sistema de
elección, pero ¿qué clase de victoria es la suya? es una victoria que se
autodestruye a sí misma, es una victoria pírrica).
En el marco teórico de
la politología se usa la palabra "spoiler" para connotar a un
candidato sin chances reales de ganar una contienda electoral pero a la vez, su
puja puede condicionar los resultados generales, pues al captar votos. dispersa
con este efecto flujos importantes del electorado que bien podrían beneficiar a
candidatos con posibilidades reales de vencer.
La palabra
"spoiler" es una voz inglesa que busca connotar en el lenguaje
politológico un tipo típico de candidato electoral. "Spoil" en inglés
significa "estropear", "echar a perder",
"malograr", de aquí que "spoiler" referencie al candidato que
"estropea", "echa a perder" o "malogra", las posibilidades
del candidato que en la realidad del estado de cosas tenía la mejor chance de
victoria.
El voto es un deber
ciudadano, tenemos la obligación de ejercerlo y jamás de delegarlo bajo ninguna
circunstancia. Nuestro voto secreto esta fuera del alcance inmediato de las
presiones o constricciones en el condicionamiento de su uso, más no significa ello
que amparado en tal figura, podamos vestirnos con la impunidad de malgastarlo o
desperdiciarlo, simulando haber elegido, o sencillamente abandonándonos en la
voluntad "libertina" de no ejercerlo.
En la carrera
presidencial, se tiene así, por un lado, a un partido colorado, desde la
oposición llana, con un outsider "millonario" que logró modificar los
estatutos partidarios para franquear la barrera de la militancia y así
imponerse como su candidato; y por el otro, a un partido liberal, desde el
poder, con un experimentado político de sus filas -con dilatada trayectoria en
la gestión pública- como su aspirante oficial a encabezar la primera
magistratura del país. ¿Qué chances reales, objetivamente hablando tienen los
candidatos Mario Ferreiro, Aníbal Carrillo Iramain, Lino César Oviedo (sobrino
del malogrado líder del UNACE), Miguel Carrizosa? solo por citar a los más
conocidos. Nuestro voto vale oro, hagamos que sea útil, o ¿convertirá a su
candidato en un "spoiler", estropeador y malogrador de un objetivo
común? Sobradamente conoce los resultados del ejercicio del poder de un grupo
que ha espoliado al país en estos últimos 70 años; votemos al candidato, que de
antemano sabemos que está apoyado en fuertes bases; este candidato tiene el
mismo objetivo que Ud. abortar llegue al poder el candidato presidencial del
partido colorado. Evitemos volver a una situación de violencia y atropellos sin
nombre, tanto mal ya han causado -los impresentables candidatos colorados- a
este noble país.
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